Autor: Vero García
Traductor: ---------------
Editorial: Urano (Titania)
Páginas: 288
Precio: $230.00
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Gracias a Ediciones Urano por el libro para reseña.
Sinopsis: Roberta Lamata se considera, ante todo, una persona normal. Su entorno no lo es tanto, pero ¿y qué? Aunque a veces logran sacarla de quicio, su pintoresca familia y sus peculiares amigas hacen que la vida sea mucho más amena y entretenida.
Sobre todo cuando ha tenido tan mala suerte siempre con los hombres.
Harta de raros y mentirosos, cansada de dar oportunidades al amor, Roberta decide cerrar su corazón y únicamente se permite soñar con un chico misterioso con el que coincide repetidas veces, que despierta mariposas en su estómago y del que no sabe nada, pero le gustaría saberlo todo.
Lo que ella no sabe es que el caprichoso destino la llevará a disfrazarse de Spice Girl y conocer a David, un chico torpe, enamorado del cine que, lejos de acoplarse al término normal, resulta encantador y le devuelve la ilusión. Pero cuando su película personal está en pleno rodaje, el destino volverá a jugar sus cartas y el chico misterioso aparecerá en su vida con nombre y apellidos, revolviéndolo todo.
Roberta se verá entonces inmersa en un mar de dudas y, sin ser consciente de ello, volverá a poner en bandeja su corazón para que se hagan un guiso con él. Ese chico misterioso se llama Berto y sus circunstancias personales pondrán en peligro lo que podría ser una bonita historia de amor. ¿Será capaz Roberta de luchar contra las adversidades? ¿Podrá saltarse las estrictas normas de su clandestina empresa familiar? Y lo más importante: si el amor triunfa, ¿Berto será capaz de comprender la naturaleza de su trabajo? Porque al amor lo pintan ciego... pero también loco.
La historia: Roberta pretende ser la única normal de una familia muy peculiar. Pero nada podría ser más distinto de la realidad. Desde el nombre que la identifica, su extraña familia, su grupo de amigas y el trabajo que compagina con la universidad, nada es normal en ella...
Y tendrá que darse cuenta de eso cuando el chico misterioso que siempre ronda por su vista y por su mente la ponga en una encrucijada entre el negocio familiar y el amor.
Y tendrá que darse cuenta de eso cuando el chico misterioso que siempre ronda por su vista y por su mente la ponga en una encrucijada entre el negocio familiar y el amor.
Mi opinión: La verdad es que cuando leí la sinopsis de este libro me dieron muchas ganas de leerlo. La historia me atraía sobremanera. Y tenía inmensas ganas de sumergirme en una trama que pintaba ser divertida y ligera.
Desafortunadamente quizás no leí el libro en el momento adecuado, porque lejos de resultarme ligera, sufrí un poco esta lectura.
No todo me ha parecido malo. Considero que la autora tuvo algunos puntos atinados, pero si hubo detalles en la que sentí que la historia me quedó a deber.
Entre las cosas que me gustaron, debo comentar que me pareció que la protagonista está bastante bien construida. Me gustaba la chispa que tenía y lo peculiar que era. Como encajaba perfecto en su caótica y estrafalaria familia. De vez en cuando me desesperaba (pero últimamente eso tiende a pasarme con muchos personajes literarios), pero me ha gustado su rareza.
También he disfrutado justo de las descripciones de todos los integrantes de la familia, tanto de los Lamata como de los Feliz. Creo que la autora hizo un gran trabajo al darles una personalidad única y tan peculiar para encajar en la dinámica familiar. En el caso de los Lamata, la cercanía y relación con la muerte fue lo que más he disfrutado del libro. Debo comentar que los distintos desenlaces de los integrantes Lamata fueron muy entretenidos de leer. La relación de los Feliz con la cultura griega también fue muy bien trabajada y descrita.
La relación de Roberta con sus amigas, Alicia, Sara y Andrea también fue de las cosas que disfruté en la historia. Aunque en ocasiones me parecía que pecaban de inmaduras, me ha recordado a mis épocas universitarias, a los amigos que se hacen, las lealtades que se forjan y las locuras que se hacen.
Desafortunadamente quizás no leí el libro en el momento adecuado, porque lejos de resultarme ligera, sufrí un poco esta lectura.
No todo me ha parecido malo. Considero que la autora tuvo algunos puntos atinados, pero si hubo detalles en la que sentí que la historia me quedó a deber.
Al fin y al cabo el amor es así, ¿no? A veces tenemos que pasar por cosas que no nos agradan, porque por mucho que encajes con una persona siempre habrá algo en lo que no se coincida, nada es perfecto.
Entre las cosas que me gustaron, debo comentar que me pareció que la protagonista está bastante bien construida. Me gustaba la chispa que tenía y lo peculiar que era. Como encajaba perfecto en su caótica y estrafalaria familia. De vez en cuando me desesperaba (pero últimamente eso tiende a pasarme con muchos personajes literarios), pero me ha gustado su rareza.
También he disfrutado justo de las descripciones de todos los integrantes de la familia, tanto de los Lamata como de los Feliz. Creo que la autora hizo un gran trabajo al darles una personalidad única y tan peculiar para encajar en la dinámica familiar. En el caso de los Lamata, la cercanía y relación con la muerte fue lo que más he disfrutado del libro. Debo comentar que los distintos desenlaces de los integrantes Lamata fueron muy entretenidos de leer. La relación de los Feliz con la cultura griega también fue muy bien trabajada y descrita.
La relación de Roberta con sus amigas, Alicia, Sara y Andrea también fue de las cosas que disfruté en la historia. Aunque en ocasiones me parecía que pecaban de inmaduras, me ha recordado a mis épocas universitarias, a los amigos que se hacen, las lealtades que se forjan y las locuras que se hacen.
[...] Y por mí también, claro. El amor también es egoísta. Y respondo, dejando la sensatez aparcada y guiada únicamente por el corazón.
«ESTÁS. EN CADA LÍNEA DE MI PENSAMIENTO.ESTÁS. EN CADA PÁRRAFO DE MIS PULSACIONES.ESTÁS. EN CADA TILDE DE MIS LATIDOS.ESTÁS. CON TINTA IMBORRABLE.»
Pasando al punto de lo siento que no funcionó del todo en mi lectura, debo iniciar con lo dispersa que a veces me parecía la trama. Si bien es cierto que se manejan una gran cantidad de personajes, a veces me parecía que por contar historias secundarias, era un poco fácil perder el hilo de la trama principal.
Es como cuando se habla con una persona que te va a contar algo, pero que se acuerda de otra cosa y te lo cuenta también, y luego regresa a lo que te estaba contando originalmente, pero recuerda algo más y se desvía y así continuamente. Y la verdad eso entorpeció un poco mi lectura. Reconozco la buena intención de la autora al querer describir todo, pero siento que por querer abarcar tanto, ha resultado un poco contraproducente.
También siento que se ha pecado de muchas coincidencias. Entiendo que en la vida ocurren y que son hasta cierto punto cotidianas, pero de ahí a que todo ocurra o se resuelva gracias a una curiosa sincronía, pues no, no me convence.
Por otra parte, y lo he dejado como último punto, me ha fastidiado un poco la enorme cantidad de expresiones locales que he encontrado. De verdad que pocas veces me quejo de eso, porque en latinoamérica estamos un poco más acostumbrados a la narrativa española. Pero de verdad que en este libro me pareció muy exagerado. No sólo eran palabras o frases desperdigadas a lo largo del libro. No. Fue un libro CARGADO de ello.
—Sabías que era yo —le digo aspirando el aroma de su cuerpo.
—Podría reconocerte hasta con los ojos cerrados, solo tú mueves mi mundo.
Creo que la autora tenía en sus manos una idea que premisa para una gran historia, pero que en el proceso de llevarla al libro, ha querido abarcar mucho, sin tomar en cuenta que a veces menos es más.
A pesar de ello, reconozco que hubo cosas que me gustaron y que podría volver a experimentar a leer algo de ella.
Punto y aparte. La portada me pareció preciosa.
Después de escribir varios guiones de microteatro y cortometrajes de ficción, debuta en el mundo de la literatura con su primera novela ‘Con tinta me tienes’, una historia de amor, humor y excentricidades varias que nació en la plaza de Chinchón en una servilleta de un bar cualquiera. Si le preguntas por su máxima en la vida te dirá: ‘Cada día me levanto y me digo: lo posible se consigue, lo imposible se intenta’.